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Conócete, acéptate, supérate. Un proceso constante.

1 de octubre de 2024

“Conócete, acéptate, supérate”, palabras de San Agustín allá en el siglo V, nos guían en un viaje de autodescubrimiento, aceptación y crecimiento constante. Una constante en el SXXI es la gestión, al por mayor, de la ansiedad, el estrés, el deseo de reconocimiento, la prisa por ganar fama y fortuna, en un marco de velocidad creciente y de relativizar valores. Y me viene a la cabeza ¿Cómo podemos relacionar estas palabras atemporales con la gestión del cambio personal y profesional, ahora, en el S.XXI?

Cada cual se conoce así mismo, a su manera y con sus circunstancias. Nos cuesta trabajo atender a las señales que nos mandamos para asumir qué nos ocurre en cada momento o cómo necesitamos evolucionar y finalmente, superar los obstáculos internos y externos se puede hacer misión imposible sin los dos pasos anteriores.

En el S.V y no entro en lo estrictamente religioso, aspectos como el liderazgo, la dirección de equipos, la tecnología, eran otra cosa. En esencia, no resulta complicado interpretar estas palabras con la profundidad y sobre la base de conceptos y conocimientos que manejamos hoy en día.

Conócete: El Poder del Autoconocimiento

El viaje hacia el autoconocimiento es fundamental en cualquier búsqueda de mejora. Encontrar ese faro que ilumina el camino hacia el entendimiento de nuestras fortalezas, debilidades, valores y metas. Nos desafía a mirar más allá, a cuestionar nuestras percepciones y a descubrir nuestro potencial latente. ¿Somos sinceros cuando hacemos este ejercicio? ¿Nos sabemos preguntar?

Acéptate: Abrazando los cambios

La vida está marcada por cambios constantes. Aceptar estas transformaciones, tanto personales como profesionales, se convierte en un arte que influye en nuestro bienestar y crecimiento. Aprender sobre la importancia de adaptarnos, de abrazar el cambio como una oportunidad para aprender, evolucionar y fortalecernos. Básicamente nos gusta poco cambiar, ¿verdad? Es más calentita la zona de confort. El momento que vivimos 'exige' cambio y adaptación constantes, y cambiar la forma de pensar para verlo, no es sencillo.

Supérate: Definiendo objetivos, retándonos con desafíos

La superación se alimenta de la voluntad de progresar. Conseguir el impulso necesario para definir objetivos claros, para plantearnos retos desafiantes y a adoptar una visión exigente de nosotros mismos. Esta mentalidad nos lleva a ser no solo mejores profesionales, sino también mejores personas. ¿Exigirnos a nosotros mismos? o ¿Cómo ser excelentes en lo que hacemos? Se me ocurren millones de cuestiones a este respecto, que dejamos para otro día.

Conclusión: El Arte de ser mejor

En esta travesía hacia la mejora continua, el autoconocimiento, la aceptación y la superación se entrelazan, formando el tejido de nuestra evolución, de cómo somos y cómo afrontamos cada etapa que nos llega. Encontrar una guía en este camino que nos impulse a explorar, aceptar y desafiarnos es un reto y toda una fortuna. La verdadera grandeza no solo reside en nuestras habilidades laborales, sino en cómo cultivamos nuestras virtudes como personas.

Esta no es más que una reflexión, en voz alta, sobre una frase de San Agustín que me ha gustado siempre y que puede ser un faro en nuestro viaje personal y profesional, un recordatorio de que la búsqueda de la mejora es un compromiso constante con nosotros mismos y con los demás.

¡Que este viaje de autoconocimiento, aceptación y superación continúe enriqueciéndonos y llevándonos hacia la mejor versión de nosotros mismos!

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