Conócete, acéptate, supérate”, palabras de San Agustín allá en el siglo V, nos guían en un viaje de autodescubrimiento, aceptación y crecimiento constante. Una constante en el SXXI es la gestión, al por mayor, de la ansiedad, el estrés, el deseo de reconocimiento, la prisa por ganar fama y fortuna, en un marco de velocidad creciente y de relativizar valores. Y me viene a la cabeza ¿Cómo podemos relacionar estas palabras atemporales con la gestión del cambio personal y profesional, ahora, en el S.XXI?